Aplicaciones para facilitar el aprendizaje de las monedas – cappaces

\"cajaEl euro ha estado en mi vida durante una cuarta parte de mi existencia. Los inicios de nuestra relación resultaron bastante difíciles. Pensé que jamás conseguiría aceptarlo ni cambiar mi chip mental pesetero. Lo cierto es que, poco a poco y sin apenas percibirlo, he conseguido olvidarme de las pesetas e integrar plenamente la nueva moneda. Y resulta que ahora, precisamente ahora y después de más de una década de lucha y aceptación, vuelvo a añorar las pesetas.

La causa: mi hijo ha llegado a esa temida lección de las monedas y el manejo del dinero, que se incluye en la programación de este curso. Soy consciente de cuantísimo le habría facilitado ese aprendizaje la añorada peseta. Realmente resulta muy complejo para un niño que casi acaba de aprender a contar, no sólo dominar el concepto del dinero, sino llegar a entender también la diferencia entre el valor de céntimos y euros. Es una auténtica pesadilla. Así que vuelvo a tener un motivo más para odiar esta divisa, causa y origen (a mi modesto entender) de la compleja situación económica, laboral y social en que nos encontramos.

Hemos recurrido a algunas aplicaciones que pudieran facilitarnos esta labor. Sin embargo, no hemos logrado encontrar ninguna que nos convenza plenamente a la hora de introducir a los niños en este tema. Las apps que hoy reseñamos resultan útiles para reforzar ese conocimiento de forma lúdica, pero resulta recomendable iniciarse en esta cuestión a través de monedas reales. Así que, llevamos varias semanas con la mesa repleta de cajitas con diferentes monedas, intentado que comprenda este complejo sistema monetario. Resulta interesante utilizar la tecnología como apoyo, pero hay ocasiones en que nada más útil que recurrir a métodos tradicionales y objetos reales. Defiendo la necesidad de alternar metodologías, instrumentos y actividades, escogiendo en cada momento aquellas que mejor se adapten a las necesidades pedagógicas de la materia y a las habilidades cognitivas y motrices del niño/alumno.

El primer paso se refiere al reconocimiento y discriminación de las monedas. Nosotros hemos comenzado con las monedas de céntimo antes de pasar a las monedas y billetes de euro. Lo hemos hecho con un sistema de cajitas donde agrupamos las monedas de 1, 2, 5, 10, 20 y 50 céntimos. Cada caja contiene el equivalente a 1 euro: 100 monedas de 1 céntimo (por fin hemos encontrado utilidad a esas monedas que resultan más difíciles de encontrar en la cartera que una lentilla), 20 de 5 céntimos, 10 de 10 cts., 5 de 20 cts. y 2 de 50 cts. Junto a cada cajita, hemos colocado una moneda de 1€ para que comprenda que todas esas monedas contienen el valor equivalente a un euro. De esta forma, puede entender mejor que resulta poco práctico ir por la vida con la cartera llena de monedas de céntimo. Comprende la utilidad de las monedas y billetes de euro, como una forma más compacta de transportar dinero.

A pesar de lo rudimentario, este sistema de cajitas le está ayudando a mi hijo a comprender este complejo tema. Es muy visual y concreto: el valor de las monedas deja de ser una abstracción para convertirse en algo real y tangible.

El segundo paso consiste en asignar una función práctica al dinero. El niño debe entender que toda esa teoría tiene una función práctica, que el dinero sirve para obtener productos y servicios. Un recurso genial consiste en “jugar a las tiendas”, una actividad que, al menos a mi hijo, le entusiasma. Hemos montado un súper en el salón y nos alternamos el rol de cajero y cliente. Hemos elaborado también una lista en un tablón con el nombre y precio de los productos. Así que aprovechamos este juego simbólico para trabajar la lectoescritura, la numeración/suma/resta y las monedas en una misma actividad. Utilizamos una de esas cajas registradores de juguete que incorporan una calculadora. Es un tema muy complejo, así que nos tenemos que armar de paciencia y buscar recursos lúdicos para que no les provoque el rechazo que merece.

El último paso para dominar este tema debería ser decidir con qué monedas / billetes pagar y aprender a manejar el cambio. Me temo que con todo lo anterior tenemos suficiente por ahora y vamos a tener que dejar para más adelante este nivel. De momento, intentamos aprovechar ciertas situaciones para que vaya asimilando toda esa teoría. Intentamos que nos acompañe cuando vamos al súper y tratamos de explicarle en la caja la situación que se nos presenta: a veces pagamos con el número exacto de monedas/billetes que nos piden mientras que, en otras ocasiones, nos devuelven dinero porque hemos entregado un número mayor al del importe de la compra.

Cuando salimos a tomar algo le encargamos que pida la cuenta en la barra (algo que le encanta). Analizamos con él el importe y valoramos qué tipo de monedas/billetes debemos utilizar para pagar. Este paso de los euros y billetes todavía no lo entiende tan bien como el de los céntimos, pero es cuestión de tiempo y madurez que lo consiga.

Lo más sencillo y que mejor comprende, por ahora, son las transacciones en la tienda de chuches. Son productos de pequeño valor y evitamos así mezclar céntimos con euros. Él sabe que cada chuche cuesta 5 céntimos, “negociamos” entonces cuántas va a comprar y, en función de la cantidad que acordemos, calculamos el número de monedas que le harán falta. Al principio manejábamos sólo monedas de 5 céntimos, ahora ya utilizamos las de 10, 20 y 50. Es genial, porque ha acabado entendiendo que esta última moneda es la que más chuches le reporta.

Todos los niños tienden, al principio, a establecer el valor del dinero en función de su cantidad: consideran la magnitud de sus ahorros, en función del número de monedas que poseen. A mi enano le ha venido tangando su hermana mayor desde hace años, cambiándole las monedas de la hucha como quien intercambia cromos. El resultado es que en su hucha abundaban las monedas y billetes de euro, mientras la de su hermano estaba repleta de monedas de céntimos. Él estaba encantado: su hucha pesaba más y le fascinaba el ruido de las monedas al chocar entre sí.

Del mismo modo, también le dan más valor al dinero en moneda que en papel. Puede deberse a que las monedas son percibidas como algo más tangible y real, o porque exista algo atávico en ellas, el caso es que es algo que les ocurre a la mayoría de niños. He comprobado que esto complica enormemente el aprendizaje del tema de la moneda, porque cuesta un mundo derribar este prejuicio que tienen tan interiorizado: “a mayor número de monedas, más dinero”. Así que, resulta aconsejable desmontarles de este error lo antes posible.

Estas son las aplicaciones que nos han resultado más útiles para reforzar el tema de las monedas, una vez se cuenta ya con ciertas nociones básicas.

Euro€: monedas y matemáticas

Enlace descarga en iTunes App Store

Idioma: español, inglés, francés y alemán

Precio: 1,79 € (versión lite gratuita)

Categoría: Monedas

Descripción: Consta de siete actividades diferentes, a través de las cuales se persiguen determinados objetivos como: reconocimiento de las monedas, asociación con su correspondiente valor, decidir qué monedas utilizar a la hora de pagar y manejo del cambio. Cada respuesta correcta se premia con una moneda que se guarda en una hucha. Con este dinero, el niño podrá adquirir diferentes productos para abastecer una nevera virtual que se utiliza como ejercicio de recompensa.

Valoración: Aplicación interesante para iniciar al niño en el complejo tema de la moneda. Nos gusta especialmente el recurso al frigorífico, ya que ayuda a hacer real esa abstracción que representan las monedas: el niño aprende a través de esta actividad que el dinero sirve para adquirir productos reales, que tienen un precio concreto relacionado con el valor de las monedas. Al principio, comprará sin pensarlo demasiado pero, una vez compruebe que se ha quedado sin dinero, la siguiente vez que le toque rellenar su nevera será más selectivo y cuidadoso.

Enlaces:

Monedas en la selva

Idioma: español, inglés, francés, alemán, italiano y holandés.

Descripción: Actividades que se incluyen:

Aprender: Ejercicio que permite familiarizarse con las diferentes monedas. Ofrece también ejemplos prácticos que establecen sus equivalencias.

Buscar: Actividad que facilita el ejercicio del reconocimiento de monedas.

Contar: Debemos averiguar el valor total del conjunto de monedas que se nos presentan.

Comparar: Se comparan dos montones de monedas de diferentes valores. El objetivo es establecer si uno de ellos es de mayor, igual o menor valor que el otro.

Cambio correcto: Ejercicio de compra virtual, cuya finalidad es determinar el cambio derivado de esa transacción.

Valoración: Esta aplicación resulta más compleja que la anterior y requiere de un mayor dominio del tema por parte del niño. También es cierto que ofrece más posibilidades respecto a la configuración, lo que posibilita adaptarla a las características y necesidades específicas de cada alumno.

Dispone de seis niveles de dificultad: en el primero tan sólo se manejan monedas de 1, 2 y 5 céntimos, los siguientes niveles van incorporando nuevas monedas hasta incluir todas las de céntimo y euro. El nivel 6 es editable y nos permite decidir qué monedas queremos trabajar en las actividades.

El apartado “Divisa” ofrece la posibilidad de seleccionar el tipo de moneda que nos interesa: euros de diferentes países comunitarios, dólar (estadounidense, australiano o neozelandés), libra esterlina, franco suizo, rublo ruso, corona sueca y yen japonés. Sugerente ajuste que permite utilizar esta app también con niños mayores o incluso útil para que se familiaricen con ciertas monedas de países a los que tengamos pensado viajar con ellos.

Constituye una aplicación interesante para reforzar y ejercitar esta materia de forma lúdica y sin necesidad de tener a mano monedas reales.

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El euro ha estado en mi vida durante una cuarta parte de mi existencia. Los inicios de nuestra relación resultaron bastante difíciles. Pensé que jamás conseguiría aceptarlo ni cambiar mi chip mental pesetero. Lo cierto es que, poco a poco y sin apenas percibirlo, he conseguido olvidarme de las pesetas e integrar plenamente la nueva…

El euro ha estado en mi vida durante una cuarta parte de mi existencia. Los inicios de nuestra relación resultaron bastante difíciles. Pensé que jamás conseguiría aceptarlo ni cambiar mi chip mental pesetero. Lo cierto es que, poco a poco y sin apenas percibirlo, he conseguido olvidarme de las pesetas e integrar plenamente la nueva…

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