Desde el momento en el que la información del LG Watch W7 cayó en mis manos, he intentado buscar una explicación a todas y cada una de las decisiones detrás de este peculiar producto.

  • No tiene sensor de ritmo cardíaco, pese al evidente valor de un reloj inteligente en el ámbito de la salud.
  • No tiene tecnología NFC, pese al progresivo crecimiento de las plataformas de pago móvil -como Google Pay-.
  • No tiene un procesador reciente, pese a que Qualcomm, su partner, anunció una nueva plataforma para relojes inteligentes durante el verano.

Sin embargo, la más preocupante de todas esas decisiones detrás del producto -y a la que tampoco consigo encontrar explicación- es esta:

Hay que tener una ausencia extrema de vergüenza para lanzar un producto así, debo aceptar.

¿En qué momento pensaron los jefes de producto de LG que sería una buena idea combinar manecillas físicas con una pantalla táctil? ¿De verdad creyeron que no importaría obstruir el contenido de un panel táctil de esta forma? ¿Qué necesidad hay de hacer algo así? ¿Por qué no utilizan manecillas digitales, como el resto de la industria?

La situación es completamente opuesta a la expuesta por Apple durante la presentación del primer Apple Watch. Mientras que los de Cupertino utilizan la corona digital para facilitar la interacción con la interfaz y evitar la obstrucción de contenido; LG interpone elementos inútiles que obstaculizan la pantalla y deterioran la experiencia de uso.

Apple introdujo la corona digital para evitar obstrucciones de contenido como esta. El Watch W7, con sus manecillas físicas, hace justo lo contrario.

Las dudas sobre el producto se incrementan cuando introducimos el precio en la ecuación. Sus 449 dólares lo sitúan por encima del Apple Watch Series 4 más económico (399 dólares), cuya experiencia es significativamente más rica en todas las áreas.

Si se compara con relojes mecánicos convencionales, el resultado es el mismo. Su caja está construida en acero inoxidable, pero ni el mecanismo, ni el material del cristal, ni la calidad de la correa justifican su precio. Quien busque un reloj convencional de calidad, ni siquiera considerará el Watch W7 como una opción.

No sé si calificarlo como burla, insensatez o mero desinterés. Pero, en cualquiera de los tres casos, una cosa sí que tengo clara: el Watch W7 es, probablemente, uno de los peores gadgets que he visto en mi vida.