El aprendizaje de la música desde la niñez

Estudiar música, sobre todo en la niñez y la adolescencia, trae una serie de beneficios: refuerza la atención y la concentración, mejora la memoria y la creatividad, reduce el estrés, desarrolla las habilidades motoras, entre muchos otros.

“Más que una educación formal previa, lo mejor es que el chico aprenda tocando. Lo principal es que se enganchen con la música y toquen lo que les gusta, las mismas canciones que suelen escuchar”, opina Bruno Sánchez Manrique, profesor de música del colegio Los Reyes Rojos y la escuela School of Rock.

Una buena opción para los adolescentes es la batería. Esta les permite liberar mucha energía, algo importante para cualquier chico en esas edades.

“Los patrones rítmicos de la batería son más fáciles de aprender e inmediatos que una guitarra. Cuando tocas una batería, desde el primer día ya está sonando como debería. En cualquier otro instrumento hay un aprendizaje previo antes de lograr que suene bien”, agrega el también guitarrista de la banda Turbopótamos.

Hoy en día, muchos adolescentes aprenden a tocar guitarra a través de videos de Internet. El problema es que estos tutoriales son muy limitados y solo les permiten aprender las canciones memorizando los acordes.

“Las aprenden de paporreta. Pueden no saber la escala mayor de do o el acorde la, pero saben tocar canciones enteras e incluso hacer solos de guitarra. Sin embargo, cuando les pides que toquen la misma canción desde otra nota o punto, no tienen idea. Solo la han memorizado de manera mecánica”.

Una vez que el adolescente se sienta cómodo, y solo si está interesado en aprender más o tiene una inclinación a estudiar música de forma profesional, es recomendable que aprenda a leer las partituras musicales.

“Leer música en un pentagrama sería el siguiente paso. Muchos ni saben que se compone de cinco líneas y cuatro espacios, donde van las notas musicales”.

La partitura se lee de dos maneras. En vertical, que va de abajo hacia arriba, se ponen las notas mi, fa, sol, la, si, do, re, mi en cada línea y espacio.

La lectura horizontal marca el ritmo, beat o pulso de la canción. Cada género tiene un ritmo característico, que agrupa las notas. Por ejemplo, en el rock, el ritmo va en grupos de cuatro notas.

“Cuando uno empieza a aprender de música, surgen otras dudas, como la forma en que se hizo una canción, con qué instrumentos o cuáles armonías. Ahí es cuando nace el interés en aprender a leer música en un pentagrama. Pero eso es algo que tiene que nacer del estudiante”, dice Sánchez.

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Estudiar música, sobre todo en la niñez y la adolescencia, trae una serie de beneficios: refuerza la atención y la concentración, mejora la memoria y la creatividad, reduce el estrés, desarrolla las habilidades motoras, entre muchos otros. “Más que una educación formal previa, lo mejor es que el chico aprenda tocando. Lo principal es que…

Estudiar música, sobre todo en la niñez y la adolescencia, trae una serie de beneficios: refuerza la atención y la concentración, mejora la memoria y la creatividad, reduce el estrés, desarrolla las habilidades motoras, entre muchos otros. “Más que una educación formal previa, lo mejor es que el chico aprenda tocando. Lo principal es que…

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