Investigadores de Dartmouth han realizado un metanálisis de 24 estudios de todo el mundo desde 2010 hasta 2017 con más de 17.000 participantes, de entre nueve y 19 años de edad, que ha sido publicado en PNAS. Todos los estudios examinaron cómo el juego violento afectó los cambios en la agresión física en el mundo real a lo largo del tiempo, desde tres meses hasta cuatro años.
Los ejemplos de agresión física incluyeron incidentes como golpear a alguien o ser enviado a la oficina del director por agresión, y se basaron en informes personales de niños, padres, maestros y compañeros.
No igual para todas las etnias
Además de proporcionar evidencia de que el juego violento de videojuegos se asocia con una mayor agresión a lo largo del tiempo, el estudio también informa que este efecto parece ser significativamente diferente para varios grupos étnicos.
El mayor efecto se observó entre los participantes blancos, con algún efecto observado entre los asiáticos y ningún efecto observado entre los hispanos. Los autores especulan que este efecto puede reflejar un mayor énfasis en mantener la empatía hacia las víctimas de la agresión entre las culturas oriental e hispana en contraste con el énfasis en el “individualismo áspero” entre las culturas occidentales.
Según explica el autor principal, Jay G. Hull, profesor de ciencias psicológicas y cerebrales de Dartmouth, y decano asociado de la facultad de ciencias sociales en Dartmouth:
Aunque ningún proyecto de investigación es definitivo, nuestra investigación tiene como objetivo proporcionar las respuestas más actuales y convincentes a las críticas clave sobre este tema. Basándonos en nuestros hallazgos, creemos que está claro que el juego violento de videojuegos está asociado con aumentos posteriores en la agresión física.
Los hallazgos, pues, más que sentar cátreda tratan de incitar a los escépticos a reevaluar su posición, especialmente porque algunas muchas investigaciones indican que el videojuego violento puede aumentar las conductas de riesgo.
Naturalmente, es difícil saber si aquí hay una correlación o una causalidad: ¿quizá los niños más asociales, inadaptados y violentos son los que prefieren jugar a videojuegos violentos?
Fuente: xatakaciencia.com