Spotify contra Apple: una acusación interesada plagada de mentiras y medias verdades
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Spotify ha pasado a la ofensiva. Tras varios años de quejas en privado y en público, la compañía de streaming musical líder en el mundo ha dicho basta y ha acudido a la Comisión Europea de competencia (Spotify es de origen sueco) para que ponga orden en lo que considera un abuso de las leyes de competencia. En este artículo desmenuzamos las acusaciones hechas por Spotify a Apple, poniéndolas en su contexto.
Las cinco acusaciones
Además del comunicado, Spotify publicó un sitio web bajo el título de \”Es hora de jugar limpio\”. En él publicó las cinco acusaciones mediante las que considera que Apple no juega limpio. Vamos a analizarlas una a una.
1. Apple cobra un impuesto discriminatorio
Apple obliga a que ciertas apps paguen un 30% de comisión por utilizar su sistema de compras in-app (IAP), como es su derecho. Sin embargo, la realidad es que estas normas no se aplican por igual a todos. ¿Lo paga Uber? No. ¿Deliveroo? No. ¿Lo paga Apple Music? No. Así que Apple da ventaja a sus propios servicios.
Este primer argumento asienta el tono de las acusaciones de Spotify a Apple. Y también deja claro que están dispuestos a torcer la realidad para favorecer su causa. Spotify miente al decir que las normas no se aplican por igual, ya que su aplicación depende de si se trata de un bien o servicio de naturaleza digital o física. Uber da un servicio físico, Deliveroo da un servicio físico y cualquier app de e-commerce entrega bienes físicos. Y no se les cobra comisión alguna.
Spotify es un servicio digital y como todos los bienes y servicios digitales que se gestionan a través de una app en la App Store de iOS, deben pasar por el sistema IAP y pagar la comisión del 30%. En el caso de las suscripciones, tras el primer año de vigencia esa comisión pasa a ser del 15%, cosa que Spotify omite a sabiendas.
El uso de la palabra \”impuesto\” también es intencionado. Pero Apple no es un estado ni una entidad pública que obligue a su cobro sino una compañía privada que ofrece un servicio optativo, por lo que la palabra correcta es comisión.
2. Apple no nos deja compartir descuentos que seguro te encantarían
Si decidimos no utilizar IAP (la única opción de pago en iOS), Apple, a cambio, nos prohíbe comunicarnos directamente con nuestros clientes que acceden a Spotify vía las plataformas de Apple. Apple no nos deja compartir promociones increíbles, como los tres meses de Spotify Premium por 99 céntimos. Y no estamos hablando sólo de lo que se nos permite hacer en la app. Lo que es peor, no nos dejan enviarte emails de ofertas después de registrar tu cuenta, afirmando que estamos vulnerando sus reglas.
Aquí tenemos una media verdad. Es cierto que Apple impide a quienes no hacen uso del sistema IAP de empujar a los usuarios de una manera directa (desde la app) o indirecta (a través de email) hacia promociones. De hecho, se especifica en el punto 3.1.3 de las Normas de la App Store.
Spotify pretende que Apple construya la plataforma de pago, capture los usuarios a través de sus dispositivos, invierta en su monitorización, revise constantemente en prevención de fallos y actividades perjudiciales y gestione el hosting para que después cualquiera pueda saltarse las comisiones de pago. Apple está proporcionando ahí un servicio que no es obligatorio aceptar. De hecho, Netflix hace poco decidió abandonar la IAP y que sus nuevos usuarios se registrasen en su web.
No hay nada que impida a Spotify que cierre toda alta a través de IAP y que las haga a través de su web. Y no pasaría nada.
3. Apple no te permite suscribirte a Spotify Premium con facilidad
Si los usuarios quieren pasarse del servicio gratuito al premium, genial, ¡nos encantaría tenerlos! Pero Apple nos prohíbe tener esa opción en nuestra app, en vez de ello, nos fuerza a los usuarios a dar varios pasos en los que ir a un navegador o a un ordenador de escritorio. Algunos de nuestros usuarios ni siquiera tienen un ordenador. Y como añadido, ni siquiera podemos decirles o señalarles en la dirección correcta. Tienes que averiguarlo por ti mismo.
Volvemos al punto anterior. Apple ha construido un sistema integral de pago que conecta a proveedores de apps con potenciales clientes. Y hace posible que estos realicen pagos con un par de toques, porque ya tienen la tarjeta de crédito en su perfil. Si quieres aprovecharte de ello, tendrás que pagar porque se trata de un servicio optativo.
Si no te gusta, siempre puedes hacerlo a través de tu web. Es el camino elegido por Amazon para sus libros Kindle, que jamás pasaron por el IAP de Apple y se compran directamente desde tu perfil del e-commerce.
Aquí lo que pide Spotify es tenerlo todo: facilidad para acceder a clientes, facilidad en el pago y cero comisión.
4. Apple rechaza nuestras mejoras en la app
Nos encanta mejorar y añadir funciones nuevas a Spotify. Pero cuando Apple cree que nuestra app no se ajusta a sus restricciones impuestas unilateralmente, de manera habitual rechaza soluciones a bugs y mejoras de la app que mejorarían la experiencia y funcionalidad de la app, haciendo creer a los fans que nuestra app y habilidades técnicas son deficientes. Nada más lejos de la realidad. Y por supuesto, Apple nunca pone obstáculos en frente de su propia app de Apple Music.
Spotify se refiere a cuando en 2016 Apple rechazó una actualización de su app. En ella, los suecos solucionaban bugs y añadían pequeñas mejoras, pero también pedían a sus usuarios que se dieran de alta al servicio en su web, utilizando incluso sus propios anuncios en la versión gratuita. Un claro incumplimiento de las normas. La compañía de streaming, de nuevo, acude a una media verdad para disfrazar su argumento.
Aquí volvemos a la norma 3.1.3 donde Apple impide anunciar alternativas a la pasarela IAP de la App Store. Si Spotify no está de acuerdo con ella, que siga el camino de Netflix y otros.
5. Apple no deja que accedas a Spotify en todos tus dispositivos
Estamos muy interesados en la ubicuidad (estar ahí para ti donde quiera que estés y en cualquier momento). Y Spotify tiene la suerte de estar disponible para fans en todo el mundo en casi cualquier altavoz, excepto el de Apple. Apple no nos permite estar en el HomePod y tampoco nos dejan conectarnos con Siri para reproducir tus canciones. Y no te olvides del Apple Watch. Estábamos listos meses antes de que Apple siquiera nos diera la oportunidad, limitando tu experiencia y decisiones. Por supuesto, puedes reproducir Apple Music.
Spotify emplea de nuevo las verdades a medias y mentiras para apuntalar su argumentario. Es mentira que Apple no permita a Spotify estar en el HomePod, porque existe el protocolo AirPlay 2 por el que un usuario puede reproducir cualquier tipo de audio, sea de Spotify, Pandora o cualquier otro. Spotify intenta hacer ver que el resto sí pueden utilizar a Siri para reproducir música cuando esto es algo exclusivo del HomePod (y de todos los dispositivos de Apple).
En cuanto al Apple Watch, las APIs para el streaming no están disponibles para nadie ajeno a Apple, probablemente por limitaciones técnicas que podrían resolverse en la próxima WWDC. Pero Spotify intenta hacer ver que es una decisión unilateral que sólo les afecta a los suecos en vez de ser general.
La app de Apple Watch llegó varios meses más tarde y después de que otros desarrolladores pudieran crear una alternativa no oficial. También ha habido otras apps de audio en el reloj antes de que Spotify diera el paso, por lo que no había nada que impidiera a la empresa de hacerlo.
Spotify esquiva también dos asuntos espinosos. Si Apple busca cualquier excusa para impedir a Spotify llegar a sus usuarios para favorecer a Apple Music, ¿por qué está disponible en CarPlay? Yendo un paso más allá, ¿por qué no menciona la ausencia de su app en el Apple TV a pesar de que es perfectamente posible?
Spotify, es hora de hacerte mayor
El negocio de Spotify no es muy atractivo. No es culpa de los europeos. El streaming musical apenas tiene margen de beneficio porque la mayoría va a parar al pago de licencias de las discográficas. Es un negocio tan despiadado que Spotify obtuvo su primer beneficio por primera vez en la historia durante el último trimestre de 2018, cuando recogió 84 millones de euros positivos.
Spotify lo sabe. Y ha decidido que la manera más rápida de mejorar esas cifras es atacando a Apple y su \”injusta\” comisión en vez de luchar contra las discográficas y sus licencias. Todo lo demás acerca de mejorar experiencias, estar en todas partes y mirar siempre por el usuario no es más que un adorno que distrae de lo que realmente quiere Spotify: dinero.
Tal vez la situación se entienda con otro ejemplo. Es como si una marca que vende ropa en unos grandes almacenes, que paga una cuota por estar en un centro o una comisión por cada venta, denunciara la situación y reclamase medidas especiales para sí misma porque las considera injustas. La respuesta de los grandes almacenes sería esta: ¿No le gusta? Ya sabe dónde está la puerta, nadie le obliga a estar aquí.
Puede que Spotify y su CEO Daniel Ek no lo hayan notado, pero ya no son una startup con un puñado de empleados y financiación escasa que lucha en desventaja contra un gigante tecnológico en una especie de reedición moderna de David contra Goliat. Spotify es una compañía que cotiza en bolsa y que compite y lidera el mercado mundial de streaming musical.
Es hora de que Spotify madure y deje de echar la culpa a otros de las complicaciones de su propio negocio.
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Spotify ha pasado a la ofensiva. Tras varios años de quejas en privado y en público, la compañía de streaming musical líder en el mundo ha dicho basta y ha acudido a la Comisión Europea de competencia (Spotify es de origen sueco) para que ponga orden en lo que considera un abuso de las leyes…
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